martes, 31 de agosto de 2010

...sobrevivir al Día del juicio final... Zombi: Guía de Supervivencia...

Sí, es muy friki. Extrafriki. Pero me la estoy leyendo. Y es altamente recomendable. No porque vayas a aprender a sobrevivir a una invasión zombi, sino porque después de leer el libro (aún no lo he terminado, voy por los Ataques registrados...) sabes con certeza que si eso ocurriera tú no sobrevivirías. 

Empezando por el título del libro, que debería cambiarse por: Zombi: Guía de Supervivencia para ricos o gente con contactos. O para un grupo formado por McGiver, Jean Claude Van Damme, Rambo, John McLane y Steve Urkel. Sin ellos en tu grupo estás muerto. 

Teniendo en cuenta que necesitas la cantidad increible de dinero necesaria para tener construido un refugio oculto, seguro y completamente equipado para sobrevivir al menos 20 años y que dicho refugio debe estar bien en una isla, bien en el desierto, bien en una tundra, en los polos o en la selva tropical. Teniendo en cuenta además que necesitas un arsenal armamentístico que, a no ser que vivas en EEUU, es imposible que consigas (por no hablar de la pericia necesaria para su uso, motivo por el cual son necesarios los individuos antes mencionados). Teniendo en cuenta que deberás tener un ingenio fuera de lo normal y material suficiente para crear tus inventos, y además que se te ocurran en situaciones de presión límites (para lo que necesitarás también a Urkel y MCGiver) .Y teniendo en cuenta que si, en el peor de los casos, el acontecimiento te pilla en bragas porque no has sabido leer correctamente las noticias y darte cuenta de lo que sucedía, y tienes que huir cargada con el Equipamiento básico para el que necesitas mínimo un camión que obviamente tendrás que robar y rezar para que a nadie más se le haya ocurrido coger un coche para huir por carretera. Lo que os digo, daos por muertos.

Los afortunados que hayan logrado encontrar el paradisíaco escondite en la isla, desierto, tundra, polos o selva, hayan podido construir con antelación una casa/cueva/fortaleza que debe tener unos muros la leche de altos, estar insonorizado, ser invisible, tener su propio generador de energía (manual, of course, porque no habrá combustible ni electricidad), su propio huerto, plantas medicinales, potabilizadora de agua, y fuente de agua natural, biblioteca con manuales de todo tipo para que puedas instruirte tanto en la geología del terreno como en todas las posibles materias (que son todas las materias habidas y por haber), y ojo! también juegos porque según el autor es imprescindible mantener tiempo de ocio, aunque haya un millon de zombis gimiendo y arañando las paredes de tu casa/cueva/fortaleza, deben saber que nunca estarán a salvo porque los zombis pueden sobrevivir congelados por los siglos de los siglos y aparecer en el momento más inesperado.

Así que chicos, ya lo sabéis, dejad de ahorrar para hipotecas, pensiones, etc. e invertir en lo seguro: una fortaleza, armas de todo tipo (nunca olvidéis llevar un desencofrador en el bolso, una de las armas más recomendadas), todo el material médico imprescindible para operar a corazón abierto, muebles, ropas, alimentos, juegos, libros, generadores varios (porque pueden estropearse), potabilizadora, y un infinito de cosas imprescindibles (todo esto, multiplicado por el número de personas que vayan a habitarlo y que deben ser de tu confianza 200% porque en una situación límite pueden traicionarte, asi que cuidado a la hora de escoger padres, hermanos, novios, maridos... pensadlo bien si vais a soportarlos tanto tiempo encerrados en el refugio, no vayáis a mataros unos a otros). Y nunca, NUNCA, revelar tu posición. Escuchar sin transmitir. Jamás.

Bueeeeeno, bueno bueno... una maravillosa e instructiva guía para saber qué estarán haciendo los elegidos mientras tú haces todo lo que te dice la guía que no hagas para salvar tu culo...

sábado, 28 de agosto de 2010

...todos los sitios a donde voy a ir...

Hay tantos sitios donde quiero ir...


El Tibidabo.

Nadie que no haya estado allí puede entender lo especial que es. No hay un Parque de atracciones igual. Desde que coges el funicular ya sientes que no vas a un sitio cualquiera. No sé como será ahora, pero antes comprabas la entrada y te daban una calcamonía, que te ponías corriendo en la fuente que hay nada más cruzar las puertas.


Y entonces empieza lo bueno... no sabes hacia donde ir, aunque creo recordar que todos los niveles son hacia abajo.
Ya puedes asomarte a ver las vistas... Qué vistas! Las mejores de la ciudad más bonita del mundo. Verlo de noche es espectacular. La noria, el avión, el atalaya, los coches de choque, la casa del terror, la sala de los espejos, los autómatas, los columpios, el Huracán, el barco pirata, la montaña rusa, el castillo tenebroso...




Barcelona es mi destino favorito, pero no la meto aquí porque merece un post a parte.

California.

Tener una foto del atardecer entre las palmeras de Long Beach. Con patines, como las californianas. Y sentarme en uno de los puestos de los vigilantes de la playa como Ryan y Marissa. Caminar por el Pier de Newport Beach. Contigo. Si no este viaje no tiene sentido.




San Francisco.
Coger en Nob Hill un tranvía imaginando ver bajar millones de bolas de colores mientras escuchamos Heartbeats... We were in love... Estar dentro del cuadro de mi habitación. Aunque sea solo una vez. Y ver el puente rojo sobre la bahía.



Menorca. 

Un hotelito que no sea nada del otro mundo y alquilar una moto que puedas conducir y yo de paquete agarrada a tu cintura. Ponernos el bañador, las chanclas, agarrar los sombreros y el cesto de rafia con las toallas y encontrar un cala como esta. Comer en chiringuitos. Siesta en la arena y de nuevo a bañarnos en agua transparente. Y así día tras día... Creo que no hay un plan mejor para el verano. Tengo que probarlo.



París.
Ver la Torre Eiffel atardeciendo, e incluso de noche. Hacernos una foto en el puente de Bir-Hakeim como Mal y Cobb. Las gárgolas de Notre Dame. Bajar por Les Escaliers de Montmartre. Y por qué no, el Louvre. Quiero ir en otoño. Merendar crepes en una de esas creperias tan bonitas. Y callejear...
Siempre nos quedará París.



Amsterdam.

En Amsterdam quiero coger una bici y recoger la ciudad de arriba a abajo. Ver todas esas casitas de las fotos, pasar por todos los puentes y hacer millones de fotos. E ir a los mercadillos de tulipanes, de esos que tienen de todos los colores habidos y por haber...



New York.
Ufff... Manhattan. Todos los edificios y avenidas que he visto en las series y pelis por la tele. El puente de Brooklin, de noche, por si aparece Spiderman. Coger un taxi que lo atraviese. The subway. Times Square. Central Park. Las escaleras de emergencia de los apartamentos.  La estatua de la libertad. El Empire State. Ir en Navidad y patinar sobre hielo en el Rockefeller Center.

La Toscana.

Alquilar un coche y pasarnos 15 días viviendo allí. Llavar maletas antiguas, vestidos y sandalias para mi y pantalones de lino y camisas para ti. Ver todos pueblos y ciudades por los que pasemos. Hacer picnics en medio de la campiña, comprar vino. Los campos, los castillos, el aceite de oliva y las hierbas aromáticas. Todo en verde y amarillo. Creo que puedo olerlo desde aquí... Y volver doraditos por el sol.
Bajo el sol de la Toscana.




Venecia.
Ir en carnavales sería genial, aunque quizas el tiempo no acompañe. Máscaras y trajes de época. Canales y góndolas. Pequeños puentes entre callejones muy estrechos. Lo veo en blanco y negro. Y en camisetas a rallas del gondolero. Cenar en un restaurante al que solo podamos llegar por agua...




Marrakech.

Va a ser el primero que conozcamos. Millones de colores, olores y sabores a todas horas. Lámparas, alfombras, especias, babuchas, cachimbas, henna, cuero,... no sé si puedo esperar. Callejuelas oscuras y abarrotadas de gente, riads. Y fotos, muchas fotos porque sitios así no hay muchos. Qué ganas!




...pero siempre contigo...


...ni siquiera sé si...

Una de esas frases que en un momento haces tuya.

Es el principio...