miércoles, 25 de julio de 2012

Cienpies

En Fuerteventura, sobretodo si las temperaturas rondan los 40ºC, la variedad de fauna es espectacular, más aún por la noche y si la puerta del apartamento tiene una holgura de un dedo con el marco.

Levantarte cada mañana deseoso por saber qué te encontrarás en la cocina, la entrada o el baño, no tiene precio. Menos mal que iba con Tarzán. No sé qué hubiera hecho si no.

No os daré la lista detallada de insectos tamaño jurásico que pulverizamos. Pero es que yo nunca había visto un cienpies. Hasta esa noche.

Después de derrotar por enésima vez a César – no tiene ningún misterio ganarle después de que se beba 4 gin tonics – al Rumi, me levanté para ir al baño. Me quedé a mitad de camino, porque vi una cosa negra huir de la cocina hacia la entrada y desaparecer en el baño. Le dije a César… creo que hay una cucaracha en el baño… Y entonces, mi machomán (curioso nombre para alguien que corre más que yo cuando ve un bicho) agarró la zapatilla y fue para allá. Lo intoxicó con ambientador y cuando el bicho, que corría como un demonio, se sintió acorralado en el baño, se dio la vuelta mientras sonaba...chananananaaaaaaaaaaaa...uaaaaaaang uaaaaaaang uaaaaaaang... (www.youtube.com/watch?v=h_zeiKrRTuk), le miró desafiante y avanzó hacia él para atacarle salvajemente armado con sus cientos de miles de millones de patas (esta es la versión que me ha contado César, yo verlo con mis propios ojos no lo vi, así que es posible que no fuera exactamente así…). Afortunadamente, un solo zapatillazo fue necesario para que no quedara de él más que polvo.

Y entonces, cuando creímos estar a salvo, cogimos el móvil y buscamos en internet qué era semejante criatura del infierno. 

Un cienpies, tal que así...



Buscar en internet de qué es capaz un bicho, de noche y a punto de meterte en la cama, no es buena idea. Resulta que los cienpies nunca van solos. Como los alacranes y los escorpiones, siempre van en parejas (OMG!) y su pareja iba a estar ahora muuuuuuuuuy muy enfadada. Su picadura puede ser mortal (supongo que si se trata de un cienpiesaurio sí, pero en este caso lo dudo) y en el mejor de los casos, como la de una abeja. Eso ya me daba más miedo. Ya os he contado mi fobia a las avispas/abejas/similares. Puedes decirme que la picadura puede ser mortal, pero no me digas que va a ser como la de una abeja porque me descompongo. Pusimos el apartamento patas arriba (bueno, si nos ajustamos a la realidad, César puso el apartamento patas arriba. Yo puse mis patas arriba de la cama por si acaso) buscando a la pareja del maltrecho cienpies, esperando un ataque a traición en cualquier esquina para vengar a su amado.


Dormimos con la luz encendida, no os digo más.

1 comentario:

  1. La verdad es que el ciempiés es un poco asqueroso (a mí me recuerda al bicho de Alien, ese que se les pega a la cara y les inocula la larvilla que luego crece y les rebienta las tripas), pero me da penilla matar cualquier animal. Soy así de ñoño...

    En mi casa se nos coló un alacrán. Un vecino de arriba era aficionado a cazar bichejos en el campo, lo debió tirar por la ventana, entró por la terraza... y no se me olvidará a mi madre gritando y subida en el sofá XD El día siguiente fuimos al Corte Inglés a comprar un insecticida para esos bichos (ya ves tú) y se rieron de nosotros diciendo que tenían uno para elefantes... ¬¬ (va en serio)

    ResponderEliminar